Hola, soy Leo. Trabajo como Senior QAE y me gusta escribir música, en particular folk latino, bedroom pop y sad indie. Si hay algo que me apasiona, es aprender: adoro pasar mi tiempo descubriendo cosas nuevas, ya sea leyendo libros, tomando cursos, tocando un nuevo instrumento o empezando a escribir un libro que algún día publicaré. Entre las cosas que más he disfrutado aprender —y en las que sigo creciendo— está la programación.
Vengo de un hogar donde aprendí desde pequeño que la comunicación va mucho más allá de las palabras; crecí al lado de una madre sorda, lo que me enseñó a leer la vida en gestos, miradas y actos. Esto formó una parte muy importante de quien soy: alguien expresivo, empático y atento a los detalles que muchos pasan por alto.
Me mueve la idea de que la tecnología, la música y las ideas deberían ser accesibles para todos. Mi enfoque profesional siempre ha estado guiado por esa creencia: construir, probar, mejorar, para que nadie se quede fuera. En lo personal, valoro mucho la autenticidad. Me gusta compartir lo que aprendo, escuchar las historias de otros y conectar de verdad.
Además de la tecnología y la música, tengo una vena creativa que a veces me lleva a escribir, ya sea canciones, proyectos personales o simplemente reflexiones. Sueño con seguir creando espacios donde las personas puedan sentirse vistas, escuchadas y parte de algo más grande.
Si algo me define es que siempre busco crecer, no desde la prisa, sino desde la curiosidad genuina y el deseo de construir algo que deje huella.
La experiencia no significa saberlo todo, sino saber seguir aprendiendo.
Lo que me motivo
Desde niño me di cuenta de que la tecnología no siempre estaba hecha para todos. Crecer con una mamá que no escucha moldeó mi forma de ver el mundo. Fueron momentos simples, como compartir una canción o hacer una llamada, los que me revelaron esa realidad.
He sentido el peso de una tecnología que no considera a todos, y eso me mueve a ser parte del cambio.
No me malinterpreten: mi mamá no es una víctima en esta historia, es una heroína. A pesar de tener una pérdida auditiva casi total, se graduó como traductora y habla cinco idiomas. Cool, no?
Al contrario que mi mamá, a mí los idiomas extranjeros nunca se me dieron tan bien, pero sabía programar y eso también es un idioma.
Un día, después de la pandemia, vi que ciertos desarrolladores lograron poner subtítulos en las reuniones en línea. No eran perfectos, pero abrían una puerta: una forma de acercar más a mi mamá al mundo que compartimos.
Ese día decidí que quería ser parte del cambio.